Ahora resulta que nos están diciendo que nada de lácteos, que parece que la leche ya no es tan buena para la salud, ni para los humanos ni para las pobres vacas lecheras.
Parece que la leche y sus derivados, después de los cuatro años de edad ya no son necesarios y sólo te causan problemas. El economista Paul Zane Pilzer en su libro The Wellness Revolution afirma que: 'La leche y sus productos derivados son los mayores contribuidores a la industria de la enfermedad, que representa 2 trillones de dólares'. La leche causa osteoporosis, alergias, constipación, flatulencia, cáncer, obesidad, enfermedades del corazón e infecciones. Es increíble cómo se disfraza la información en favor de los intereses económicos y se ignoran las consecuencias de esta actitud. Diversos estudios en diferentes universidades en Estados Unidos afirman que es más probable que el consumo de leche cause, y no prevenga, la osteoporosis porque el alto contenido de proteína (caseína) que contienen los lácteos drena el calcio del cuerpo. Mientras que el calcio que contienen de manera natural los vegetales y frutas es más sano, más fácil de absorber y más abundante. Así mismo afirman que los lácteos son la principal causa de que más del 65 por ciento de la población en Estados Unidos tenga sobrepeso y obesidad. Pero aún más preocupante que su implicación en la osteoporosis es la cantidad de hormonas, antibióticos y pesticidas que contiene la leche y que son causantes de varias enfermedades infecciosas.
Para entender todo este silencio tenemos que echar un vistazo al sistema de la industria moderna. Una vaca de campo puede dar hasta cuatro litros y medio de leche al día, mientras que la industria les saca hasta 45 litros diarios. Para conseguir esto tienen que inyectarles grandes cantidades de hormonas, como la de crecimiento bovina (BGH) y esteroides. Esto a su vez provoca que sus ubres sean tan grandes que las arrastran por el suelo y se les infectan, lo cual implica el uso de antibióticos constantemente. Cuando la vaca es conectada a los succionadores de metal, todas esas sustancias pasan a la leche, incluso después de procesada, lo que causa serios trastornos en las personas, especialmente en los niños que las consumen.
La industria lechera invierte millones de euros cada año en la mercadotecnia de sus productos, para que los consumidores medios nos quedemos adormilados y sigamos sus instrucciones como las mismas vacas a las que torturan. Por cierto que con la cantidad de cereal que se necesita para alimentar a una vaca diariamente se podría dar de comer a más de cinco niños.
Está claro que este es un mundo donde lo mas importante son los intereses económicos. Desde aquí queremos contribuir con nuestro granito de arena al despertar del consumidor adormilado.
“Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”.
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