Las propiedades terapéuticas del Noni –avaladas por numerosos estudios científicos- son espectaculares. Además de analgésico, antiinflamatorio, antibacteriano y antiséptico refuerza el sistema inmune al activar la producción de macrófagos y linfocitos, regula la función celular y regenera las células dañadas. Es más, inhibe el crecimiento de las células cancerosas. Dolores musculares y articulares, artritis, tendinitis, fatiga crónica, infecciones, hipertensión, desórdenes renales, problemas digestivos, migrañas y cáncer son sólo algunas de la afecciones que pueden tratarse con el noni.
Y es que en el noni se han detectado más de 140 moléculas distintas, además de aminoácidos, sales minerales (entre las que se encuentra el selenio) y un buen número de vitaminas y ácidos grasos esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo como son el ácido oleico y el ácido palmítico. En suma, la comunidad científica no duda ya de sus propiedades, salvo en lo que a sus propiedades anticancerígenas se refiere.
Y sin embargo, como cada vez más investigadores apuestan por buscar remedios obtenidos a partir de sustancias vegetales para tratar el cáncer son ya amplios los estudios científicos que demuestran la capacidad de las moléculas del jugo de noni para inhibir el crecimiento de las células tumorales y detener el proceso de cancerización.
Según cuenta la historia los curanderos tradicionales de la Polinesia, llamados Kahunas, consideraban al noni la planta sagrada, utilizándola como elemento esencial en su dieta diaria cumpliendo así, obviamente sin conocerlo, el aforismo hipocrático que dice “que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”.
De la revista http://www.dsalud.com/
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